19 Jul
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Aunque ahora no tiene sentido la expresión “todo a 100”, pertenece al imaginario colectivo la aparición pre-euro de estas tiendas baratas en las que el reclamo precisamente, era el precio de los productos que se vendían (100 pts.). Fueron un hito comercial que avanzó el concepto de tienda multi-oferta, de calidades conscientemente dudosas y que abastecieron primero a un  registro social con bajo nivel adquisitivo y paulatinamente, se posicionó como una opción de compra más para la gran mayoría de consumidores urbanos: ¿quién (todo hay que decirlo) no ha adquirido algún objeto o utensilio con vocación efímera en algún local de estas características?

Cuando en la década de los 80 empezaron a aparecer este tipo de tiendas, nadie daba un duro por su éxito y continuidad dentro del sector servicios urbanos; demasiado cutres y parecían, más bien, un museo de suplantaciones de marcas principales (un adelanto de la marea china)... en definitiva, uno debía ser consciente de que el precio que pagaba por sus productos suponía asumir riesgos en la eficiencia (nos entrenaron para la obsolescencia programada). El inicio tardío de la cultura del “usar y tirar” en una sociedad, la ibérica, acostumbrada hasta entonces al ahorro y la utilización de producto de largo recorrido.

Fue una tipología de tienda visionaria, vanguardista, que se acomodó bien a la evolución de un sistema que cada vez entronizaba más el consumo compulsivo y allanó el camino a las sub-tendencias comerciales como el outlet o la segunda mano, que pasó de la venta en rastros a la tienda especializada.

Las características estéticas estaban marcadas por:

- La urgencia. Instalación comercial barata, rápida y sin aspiraciones.

- La no identidad: el “todo a 100” de la calle X o del barrio X. El valor era en sí la oferta, porque el estilo o la personalidad era similar en todas las tiendas.

- Estética de almacén: la tienda/contenedor, el establecimiento con vocación de bazar comprimido. No existe diferencia entre la trastienda y el espacio principal de venta.

Los “todo a 100” evolucionaron con el paso del tiempo, no tanto en aspecto sino en concepto comercial, ya que desapareció la barrera del precio (carestía de vida y mayor poder adquisitivo), convirtiéndose en tiendas multi-oferta y abriendo gama de producto. El testigo lo ha cogido la inmigración china que prácticamente, copa el mercado de la tienda/bazar, integrándolas en las zonas más chic de las ciudades sin problemas, en locales inaccesibles por precio para el comerciante autóctono y acongojando al sector por su capacidad expansionista. Asistimos al momento de poder e influencia del gigante asiático: "los chinos".


Imágenes: de cabecera, local en El Grao de Castelló. Contenido, "chino" en barrio de Gros (Donostia)

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