23 Sep
23Sep


6 años después de la noticia protagonista, analizamos el acontecimiento desde un punto de vista que nadie ha hecho nunca: lo estético. La estética es esencial pero curiosamente, se asocia tradicionalmente a la superficie de las cosas, no dándole la importancia adecuada. Pues señores y señoras, en la estética está la clave de muchas cuestiones...

Un análisis de la situación nos remite a una primera y curiosa consideración a tener en cuenta: el planteamiento ritual es profundamente ibérico, a pesar posiblemente de la intención de sus protagonistas.

- La escena del “cuadro” nos retrotrae al pintor José Gutiérrez Solana (Madrid, 1886-1945) y su gusto por los ambientes perturbadores, con la tensión e impavidez de sus personajes de la "no mirada" (“La visita del obispo” -1926-, su famosa “Tertulia del café de Pombo” -1920-). La escena es el equivalente mediático contemporáneo de la propiedad dramática del óleo, pudiendo ser considerada como un ejemplo claro de la “evolución de la tradición iconográfica sórdida" hacia el pleno s.XXI, menos sombría por los medios empleados (pantalla) pero igual de inquietante.

- El carácter místico que caracteriza la estética ibérica más tradicional se simboliza en unas capuchas exactamente iguales a las de los “disciplinantes” riojanos de San Vicente de la Sonsierra; no se usa, por ejemplo, pasamontañas del tipo IRA style... es el inevitable trasfondo religioso que todavía se mantiene vivo en los acontecimientos especialmente trascendentes, por muy laicos que sean.

- El gusto por la tradición, por el buen uso de las costumbres, se simboliza por el tocado más autóctono que pueda haber: la txapela, posicionada en la cabeza sin gesto raro o modernidades, de forma antes clásica que militar (ladeada) o encastrada (Ché), expresión indicativa de la negación a la pérdida de los signos identitarios tradicionales hasta en el más mínimo detalle.

- Lo que podía ser un proyecto de imagen estática simétrica y equilibrada, se rompe con el elemento de destaque central del logotipo de la organización en su versión más ruidista (fondo sucio) setentera, no renovada ni adaptada a los tiempos. La presencia de banderas a cada lado confieren al lugar cromatismo, pero indican dispersión de conceptos, atomización de mensajes. Es como un balcón de casa consistorial de pueblo en fiestas (la tendencia ibérica al adorno festivo y la decoración); como fondo de la composición, un azul muy parecido al de la identidad corporativa del PP: ¿gesto pre-negociador o despiste colectivo?

- Habría que sumar, al ser en realidad el original un documento audiovisual, la voz que enmarca el mensaje, mucho más empacada y a la altura de las circunstancias la de la chica, en euskara, que la del hombre, en un tono de lectura de lección de clase. El discurso ibérico mediático post-franquista que arranca con el ridículo Arias Navarro sollozando la muerte del dictador, no ha sido nunca muestra de locución u oratoria ejemplar, desde luego.

Se pueden colegir una serie de conclusiones a raíz del estudio desarrollado:

1. No es un diseño atractivo para los más jóvenes (hiper estimulados iconográficamente) que asisten con indiferencia a un no-espectáculo... batalla de la seducción perdida al no traducir la sociedad de su tiempo, mucho más efectista y vertiginosa que ideológica e inmutable.

2. Creo en la estética como disciplina traductora del mundo puesto que amalgama la información necesaria para saber realmente qué y cómo son las cosas. Puede ser un método de engaño si eres consciente de ello y manipulas o adulteras los signos de expresión que aparecen ante los demás, pero no es el caso de ETA, sincera en ese aspecto y carente de especialistas ad hoc en uno de los momentos clave de su historia (en contraste con la secular excelencia diseñística de la imaginería abertzale de izquierdas) . Esa “inocencia” se expresa estéticamente prístina, desde el alma, sin manipulaciones externas...

3. ... transparentándose entonces su raíz ibérica; la del goyesco “Duelo a garrotazos”, la del triste Solana, la del Quijote enajenado viendo enemigos gigantes por todos lados o ese “Guernica” no resuelto...  y tantas otras metáforas artísticas de la telúrica esencia ibérica: ETA FUE, A SU PESAR, UN GENUINO PRODUCTO ESPAÑOL.

Imágenes: del post, pintada en Viana (Navarra): "la lucha es el único camino"; contenido, imagen de televisión del acontecimiento.


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